sábado, 28 de julio de 2012

PHELPS: EXPECTATIVAS NO CUMPLIDAS





Han comenzado los Juegos y los resultados ya mandan sobre las expectativas previas. La discrepancia más relevante es la ausencia del campeonísimo Phelps en el podio de los 400 metros estilos. Aunque se preveía que en esta prueba podía no ganar la medalla de oro, nadie esperaba que ni siquiera obtuviera la de bronce; pero así ha sido. El mismo ha reconocido que no ha estado bien ni en la final ni en las eliminatorias. Un mal día. Según he leído, llegó a los Juegos con el objetivo de conseguir siete medallas en siete pruebas; por lo que la decepción de este primer día es muy significativa. ¿Y qué sucede ahora? Precisamente ahora es cuando vamos a ver el grado de fortaleza mental de este gran deportista. Casi siempre ha competido con la confianza que le ha dado el cumplimiento de sus expectativas de éxito. Ahora deberá hacerlo a partir de una gran frustración. La clave estará en que sea capaz de (1) aceptar rápidamente lo sucedido, (2) replantear sus objetivos buscando la motivación de los retos aún pendientes, y (3) centrarse en las competiciones siguientes sin mirar atrás.
En cuanto a los objetivos, si bien puede seguir aspirando a ganar las medallas que necesita para ser el más laureado de la Historia de los Juegos (creo que necesita tres) lo más apropiado será, como mejor estrategia, que concrete objetivos realistas para cada una de las pruebas restantes; y que lo haga progresivamente: es decir, prueba a prueba: pensando únicamente en la más inmediata. Es importante que estos objetivos sean realistas en función de sus posibilidades actuales, y no los que corresponderían a tiempos pasados. No obstante, le ayudará también recordar buenas actuaciones (las más recientes) para potenciar la autoconfianza. ¿Cómo reaccionará Phelps? Con independencia del resultado final, su primer reto es luchar consigo mismo para superar esta primera decepción y demostrar que la fortaleza psicológica de la que tanto ha hecho gala en el éxito, también está presente en la adversidad.
No sé si Mireia Belmonte, la nadadora española, tenía expectativas que no se han cumplido en los 400 metros estilos femeninos. Estar en su primera final olímpica debe considerarse un éxito; pero tras su buena actuación en las eliminatorias de la mañana, se esperaba una actuación mejor en la final, donde quedó última con un mal tiempo. Al igual que Phelps, Mireia debe pasar página y centrarse en la siguiente prueba; además, en su caso, ignorando el exceso de responsabilidad que se le está asignando. No debe nadar con la pesada losa de ser “la gran esperanza” de la natación española, ni pensando en las medallas; sino ocupándose, únicamente, de hacer buenos registros; pues sólo de esta manera podrán llegar sus mejores resultados.

Chema Buceta
28-7-2012


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